ESTEREOTIPOS
QUE MERODEAN LA UNIVERSIDAD ICESI
La
mujer y los estereotipos que la subyugan
Es importante reconocer que la universidad es
un espacio en el cual el estudiante logra reconocer un nuevo modelo educativo,
en el que en primera instancia, predomina la libre elección de carrera y debido
a ello el desencadenamiento de la libertad en otras cuestiones, además de una mayor autonomía que
se le otorga a este individuo en proceso de formación. El estudiante al
encontrarse con un ambiente completamente diferente al del colegio, pretende
encajar en éste a través de la lectura y comprensión de ciertos códigos
culturales, los cuales contienen un significado dependiendo de la cultura a la
que se pertenezca, en este caso la occidental. A partir de estos códigos
culturales que se encuentran expuestos en la universidad, afirmamos que Icesi y
sus diferentes programas no se hallan exentos de masificación a través de
estereotipos. Como ya dijimos, este procedimiento suele ocurrir con mayor
frecuencia en los estudiantes de primer semestre, en especial cuando la presión
social se torna con mayor fuerza sobre la figura femenina.
Según Perrot y
Preiswerk (1979), el estereotipo se define como un conjunto de rasgos que
supuestamente caracterizan a un grupo determinado, ya sea en el aspecto físico,
mental y de comportamiento, en la que afirman que este conjunto de
características, que proceden de un conjunto apartado de la
"realidad", aquella es restringida, mutilada y deformada; desde una
simple descripción generalizada haciendo réplicas exactas del estereotipo en
cada uno de los miembros del grupo. Los estereotipos pierden la asertividad por
el juicio de valor que le imputan, pues son lanzados sobre cierta población pero
de manera incompleta, es decir, que no podríamos basarnos en aquellas
características de estos estereotipos para lograr definir una comunidad. Podríamos
afirmar que los estereotipos tienen poder dentro de nuestra sociedad e influyen
a partir de medios cotidianos, son juicios de valor con una carga tanto
positiva como negativa, dependiendo del observador.
Por otro lado, se puede decir que los medios
de comunicación juegan un papel importantísimo, pero es necesario tener en
cuenta que estos no crean el estereotipo sino, más bien lo perciben dentro de
la sociedad desarrollando y perpetuándolo a partir de la Tv, radio, internet, avisos
enormes en las calles, etc., y es a través del contenido mostrado en el que
pueden otorgar juicios de valor sobre la figura masculina y la femenina. Los
estereotipos influyen en gran medida sobre la figura femenina de tal forma que
no solo abarca su apariencia física sino también su intelecto, en el cual
intervienen otras instituciones como la
iglesia y el Estado, donde se les obliga a actuar de modo estereotipado, ante
lo que la sociedad espera que sean, mujeres, madres, jóvenes, delgadas, rubias,
sumisas, delicadas, “femeninas”, todo
ello para obtener un estereotipo de mujer ideal, donde se hace necesario intervenir
y moldear sus cuerpos pero también sus mentes. A partir de estos logran
nombrarse e identificarse los estereotipos. En este caso el juicio de valor que
posea el estereotipo dependa de quien lo esté observando. Es a partir de los
juicios de valor donde logra considerarse que algunos (podría decir que la
mayoría) inmersos en la sociedad, llegan a etiquetar y marginar a las personas,
así los estereotipos se establecen y permanecen firmes con ayuda de los medios y otros órganos
de poder. No es necesario comparar esto con la situación que puedan padecer las
estudiantes pertenecientes a la universidad, donde efectivamente las chicas
reflejan muchas de las cosas que venden los medios de comunicación, que en
variadas ocasiones “masifican”, es decir, que la uniformidad entre estas logra
observarse con gran facilidad. Es importante resaltar que no hablamos de un
solo estereotipo o una sola característica, sino de decenas de estereotipos y características,
que atacan a hombres y mujeres a través de los medios de comunicación, los
programas de TV, la música, el internet, y se introducen a través de estos
medios con mayor facilidad en población juvenil. Foucault en cuerpos dóciles, afirma que el cuerpo
cumple ciertas funciones, por tanto convertir al hombre en una máquina,
calibrada en el sentido que convenga para la sociedad, a partir de mecanismos
de control, donde se logre ejercer poder disciplinario sobre él, moldeando el
cuerpo de tal forma que logre el objetivo de ser dócil, permitiendo así
mantener el cuerpo controlado a partir de técnicas de control disciplinario.
La belleza y el erotismo
juegan un papel significativo dentro de la creación del estereotipo, pues la
idea de belleza se convierte en una característica que parte de un observador
subjetivo al igual que éste, donde se pretende diseñar esencialmente un cuerpo joven el cual
permitirá la construcción de una apariencia erótica en una época como esta. La
parte superficial es importante así muchas personas quieran decir lo contrario,
es decir, la apariencia es parte fundamental en el erotismo y para lograr esto es
necesario que el sujeto sea bello, que la construcción que se genere alrededor del
cuerpo sea bella, y son los cuerpo femeninos quienes aparecen en esa
construcción erótica a partir de pinturas, escritos y más adelantes en
fotografías. El erotismo al igual que la belleza, se transformó según los
procesos y las prácticas culturales en el que prevalece la apariencia y la idea
de una “apariencia bella” surge junto con la juventud, es decir que un cuerpo joven
es un cuerpo bello. El lazo entre juventud y belleza ha ocasionado que muchas
mujeres no deseen envejecer, es por eso que toman las medidas necesarias y en
ocasiones ponen en riesgo sus vidas (a través de procedimientos quirúrgicos) para
mantenerse bellas pues indudablemente la aceptación social en algunas ocasiones
se distingue solo por qué tienes y qué eres físicamente.
Aunque los estereotipos
merodean por nuestra sociedad, debido a que hace parte de nuestra naturaleza
humana generar características y juicios de valor a las coas y personas, es
importante referirnos a Perrot y Preiswerk, quienes afirman que siendo las características
de los estereotipos una realidad limitada, podría afirmarse que los estereotipos
no poseen la fuerza suficiente para que todos los individuos de una sociedad
sigan los patrones de conducta de éstos, sino por el contrario decidan romper con el esquema “impuesto”,
podemos observarlo a través de todas las observaciones que se han hecho sobre
el tema, y podernos encontrar que en el concepto de belleza día se implementa
la belleza interior de las personas, la alimentación del intelecto más que de
la alimentación banal del cuerpo y en tanto cambie el concepto de bello así
mismo cambia la concepción de lo erótico. Aunque cabe decir que así logre romper el
con el esquema, es mucho más grande el grupo de personas seguidoras de estereotipos que de personas sin interés de seguirlos,
Estereotipar es una condición natural por tanto es inherente del hombre.
El cuerpo es un
conector fundamental entre el individuo y la sociedad, el individuo es el
producto de la sociedad, es por eso que el estudiante al encontrarse con un
ambiente completamente diferente al del colegio, percibiendo la libertad de
pensamiento, ideologías políticas, económicas, sociales, es decir, una gran
diversidad cultural, no se halla exento de masificación a través de
estereotipos, estereotipos en los que se moldean su cuerpo y su mente, que
abarcan por completo su individuación y su socialización con el mundo. Es imposible
afirmar que pueden eliminarse todo tipo de estereotipos, pues, la única forma de eliminar los
estereotipos que el estudiante logre observar en la universidad Icesi y sus
diferentes programas sería a través de
un uniforme con el cual no hubiese distinción de género, de clase y etnia,
lo cual sería irónico pensar pues culturalmente somos seres diversos, con
libertades y autonomía del manejo de nuestro propio cuerpo indudablemente
ejercido por órganos de control pero aún así con expresiones únicas de
pensamiento. La única forma de combatir contra estos estereotipos parte de
descentralizar la mirada dejar de lado los prejuicios, reconociendo la
identidad y alteridad entre el individuo en relación con la sociedad.
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